A sus pies

jueves, 26 de noviembre de 2009



Cuando al fin me separé, rápido encontré un pisito en el que esperaba, entre otras cosas, iba a poder encontrar esa paz interior por la que tanto había desesperado años anteriores. Soy muy casero, por lo que no me costó adaptarme a los quehaceres cotidianos de la casa… ya sabéis planchar, tender, lavar, fregar… estaba acostumbrado desde bien joven a estas faenas.
Las ventanas daban a un patio común de dos edificios y, en concreto las mías, a apenas tres metros, a las de una chica más o menos de mi edad separada y con dos niños.
Yo tranquilamente y con mucha discreción hacía diariamente antes de irme al trabajo todas aquellas tareas domésticas. No había reparado en que aquella chica se había fijado en mí hasta el día en el que, yendo al supermercado me saludó efusivamente

_ ¡Hombre, que ganas tenía de poder hablar contigo!… te veo siempre tan atareado en la cocina o en el salón con tu ordenador.
_ Si, bueno, me acabo de separar y es una forma para que se me pase el tiempo antes y no se acumule en trabajo.
_ Dime, veo que eres de los hombres que quedan poquitos. Haces la compra casi todos los días… ¡que envidia!. Mi ex no hacía nada de las tareas conmigo y comprar, menos.
_ Pues a mí me relaja. Así que si necesitas algo sólo tienes que pedírmelo y de mil amores te lo haré… Que me lo pida, pensé. Era una chica muy bonita, alta… aunque también se notaba algo descuidada en su apariencia.

Desde ese día no paraba de dar vueltas en mi cabeza la imagen de aquella chica. Y auque yo era demasiado prudente, al pasar delante de su ventana, siempre miraba de reojo. Hasta que al paso de los días nos encontramos al tender la ropa en la azotea y mi corazón dio la primera señal de alarma. Me comentó que sus chicos se habían ido de finde con su padre y me invitó a pasar a su casa. Terminamos de tender y quedamos en encontrarnos unas horas más tarde. Llegué y nada más cerrar la puerta se abalanzó a mí… llorando.

_ Perdóname, es que estoy muy deprimida, no levanto cabeza. No me gusta hablar de mi separación con ninguna persona… estoy demasiado envuelta por mis hijos, no me deja tiempo para salir adelante. Y ahora tu aquí… no quiero que pienses que…
_Tranquilízate, estoy aquí… confía en mí. Desahógate y llora todo lo que necesites pero sobre todo habla y saca todo lo que tengas ahí metido.
_ Gracias, se que puedo confiar en ti… eres tan dulce.

Y así pasamos horas… sin parar de hablarme y llorando intermitentemente hasta que, con el cansancio, quedó profundamente dormida. Era un ángel… rota, desesperada… y con una luminosidad en los ojos impresionante. Yo me quedé durante un rato admirando e idolatrando a aquella belleza que había expuesto su alma tan frágil y me la había entregado para que, mientras descansaba, la cuidara. Al final, quedé también dormido pero al rato desperté y vi sus PIES descalzos sobre el frío suelo. Momentazo… volvió la excitación sobre mí y como un niño miedoso sólo me atreví a posar mis manos sobre ellos, momento en el que como un rayo que atraviesa el cielo, mi cuerpo experimentó un tremendo escalofrío que recorrió todo mi cuerpo hasta acabar en mi ya dura polla. Mientras que acariciaba cada uno de los rincones de esos delicados PIES saque mi polla y comencé a masturbarme… despacio y lo más callado que podía permitir mi excitación para no despertarla y que se pudiera romper la magia que había en esos momentos. Y así pasó… al llegar el instante cumbre en el que me iba a correr
hice esfuerzos sobrehumanos para no eyacular y, cuando lo conseguí, encerré de nuevo mi verga aún chorreante, eso sí, sin dejar en ningún momento de acariciar aquellos dulces PIES. Me sentía como un esclavo ante su ama a la que adora.

Después me volví a quedar dormido, esta vez profundamente y fue ella la que despertó encontrándose mi mano sobre su PIE. Entonces y por temor a despertarme, suavemente comenzó a moverlo apretando fuertemente sus labios para que sus gemidos no delataran su pronta excitación. Llegó un momento en el que estaba tan fuera de sí que decidió quitarse las bragas y, tumbándose, dejó su clítoris empapado pegado a mi mano. Yo hace un rato me había despertado pero fingí dormir para no incomodarla y ver hasta donde quería llegar. Ella al tumbarse, también lo fingió… pero pronto, mi desesperación y el hecho de notar aquella vulva ardiente y pringosa sobre mi mano, hizo preparar un plan de ataque en décimas de segundo.
Empecé a bostezar y mover la cabeza como si estuviera desperezándome y, al mover “por casualidad” la mano, comencé a apretarla contra su coño, esta vez sin importarme “despertarla”. Así ocurrió…

Ella gemía cada vez más fuerte… un orgasmo, dos. A mí me tenía a sus PIES, hacía callado lo que satisfacía a aquella diosa del placer y lo más importante, era ella la que estaba gozando físicamente (era lo que más necesitaba) y yo sicológicamente daba rienda suelta a mis más bajos instintos ya que mi cabeza no paraba de imaginar cosas.
En una de esas imaginaciones, estaba desnudo ante mi ama con mi polla hacia ella pero quieto… como hace el esclavo. Pero de pronto, decidí que dejara de ser una fantasía y rápidamente me quedé ante mi diosa desnudo. Mi enorme, dura y ya babeante polla comenzó a echar semen… despacito. Mi diosa la tomó con sus dos PIES y la masturbó, con la ayuda de aquel lubricante natural que esparció sobre sus plantas. Me pasó el dedo gordo por aquella vena hinchada a lo largo del pene… muy despacito, provocándome aún más eyaculación cuando al pasarla por los huevos llegó hasta mi ano dando un empujón en el. Yo, dando un gran gemido, eché toda mi lefa apuntando a sus delicados y bellos PIES.
Mi diosa había triunfado y yo, su esclavo, estaba a su merced.

11 comentarios:

  1. Pues sí que eres un fetichista de los pies...tendré que enseñarte los míos a ver qué te parecen.
    Creo que ahora no podré sacarme en todo el día la imagen de masturbarte con los pies.

    ResponderEliminar
  2. Es algo que me encanta sentir con los pies..Mmm..
    Me ha encantado el relato..
    Besos muy dulces

    ResponderEliminar
  3. A mi novio le gusta mucho que le haga eso con los pies ;)

    Saludos

    ResponderEliminar
  4. Excelente Blog, nuestras más sinceras felicitaciones, nosotros también disfrutamos los pies.

    ResponderEliminar
  5. Bueno,
    Empiezo a pensar que será verdad. Lo probaré. Solo de pensar e nuevas sensaciones ya me caliento.
    Un saludo

    ResponderEliminar
  6. UAUUUU!!!
    Que delícia de conto!
    Muito excitante sentir um pênis entre os meus pés, adoro! Fiquei muito excitada com teu relato.
    Tudo de bom!

    ResponderEliminar
  7. Fantástico relato, me encantería pajearte con mis pies, pero tu lefa en mis tetas, por favor!!

    ResponderEliminar
  8. hola, que buen relato, si fuese mujer yo tambien seria lesbiana y si algo me pondria caliente seria masturbar y masturbarme con los pies de mi novia, que sabrosura, les cuento que a mi novia y le chupo los pies mientras esta en el orgasmo y le fascina. gracias por este relato.

    Juan Carlos

    ResponderEliminar
  9. Y yo con las ganas que tengo de recibir un buen footjob.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario